LE SCARPINE

Guía para una elección segura

Antes de analizar las características de un zapato para niño, establezcamos con claridad el momento justo para usarlo.¿Cuándo se le deben poner los zapatos a un niño? Cuando el niño comienza a dar los primeros pasos.

En los meses que anteceden a esta importante fase del desarrollo, el pie del niño necesita crecer y moverse lo más libremente posible.


Encerrar un pequeño pie en zapatos rígidos, con contrafuertes altos y duros significa:

 

 bloquear los movimientos de los dedos y de los tobillos;

 anular la sensibilidad del pie, que en el momento del nacimiento es incluso más sensible que la mano;

 exponer al pequeño a sufrir pequeñas lesiones cutáneas, golpeando con el talón o con la punta del zapato las piernitas en movimiento constante.

 

Desde el momento en el cual el pequeño empieza a conquistar la posición erguida y a dar los primeros pasos, es necesario sostenerlo con zapatos adecuados para su edad.
Zapatos que deben responder a requisitos específicos:

 

 el mejor material sigue siendo el cuero, por su flexibilidad, su porosidad y su capacidad de transpiración;

 la suela debe ser suave y flexible;

 la punta no debe ser estrecha para no impedir el movimiento de los dedos;

 la parte posterior debe tener un contrafuerte sólido, que pueda ayudar al niño a mantener la posición erguida, pero sin obstaculizar el movimiento del tobillo.

 

Durante el verano se aconsejan zapatos abiertos, que permitan a los pies de los niños transpirar bien, dado que suelen sudar mucho más que los pies de los adultos.

Durante los primeros años es sumamente importante controlar frecuentemente la longitud del zapato, dado que muchas veces el pie crece rápidamente y sin un parámetro constante.

Por lo general, se aconseja comprar zapatos de un centímetro, centímetro y medio más largo que el pie.

Y conviene medir ambos zapatos porque durante la fase de crecimiento no es raro que existan diferencias entre un pie y el otro.

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