IL PLANTARE NON È UN OPTIONAL

Los niños pequeños tienen pie plano.
Es normal que así sea y hasta los tres años realmente no hay motivo para preocuparse.
 

 

De hecho, sólo durante el desarrollo músculo-esquelético se forma el arco longitudinal debajo de la planta del pie. Cuando esto no sucede, la mayoría de las veces se interviene introduciendo plantillas en los zapatos del niño, que sirven para dar apoyo al pie, para corregir la ausencia del arco longitudinal y para mejorar la función motora. Por lo tanto, la plantilla es un auxilio médico que debe utilizarse sólo si se diagnostica fehacientemente un caso de pie plano. Y es por ello que no puede incluirse, como con frecuencia esperan muchos padres, en todos los zapatos para niños.

 

En efecto, una plantilla debe tener en cuenta las características del pie en el cual va a ser usada y es por eso que su fabricación correcta necesita varias mediciones y la realización de un molde de yeso del pie. El uso de plantillas prefabricadas o con medidas estándar es hoy en día desaconsejado por los ortopédicos. Además no se debe olvidar que tratándose de niños, la solución a través de una plantilla requiere controles periódicos cada 4/6 meses, para comprobar la funcionalidad respecto del rápido crecimiento del pie. Así como también es indispensable tener en cuenta que, según las últimas indicaciones médicas para corregir el pie plano, la utilización de una plantilla siempre debe complementarse con un programa de ejercicios de recuperación funcional.

 

Los zapatos para los niños, salvo si son requeridos expresamente por el ortopédico debido a patologías serias, no deben tener una plantilla estructurada, sino sólo una suave plantilla de piel que les permita un apoyo confortable. 

Siempre se debe privilegiar la plantilla de piel por su semejanza funcional con la epidermis del pie humano.

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